Y ahora con ustedes un pequeño poema que escribi en tiempos mas tormentosos, confusos y deprimentes. Que sirve para recordarnos lo poco que pueden cambiar ciertas cosas a traves de los años.
Por que esta vida es polvareda de frustraciones;
Por que esta vida es silencio de contradicciones...
¡Quiero ser un cadaver, quiero ser un cadaver!
Por que esta vida es contemplacion de conclusiones;
Por que esta vida es ataud de falsos sermones...
¡Quiero ser un cadaver, quiero ser un cadaver!
¡Sumergirme en un charco de sangre!
De este mundo marcharme sin despedirme de nadie
Por que esta vida es mirada de adversas visiones
Por que esta vida es sepulcro de animadversiones...
¡Quiero ser un cadaver, quiero ser un cadaver!
Y si luego de abandonarme quieres venir a rescatarme,
mi llamado no escuchaste cuando necesite de alguien
para este miedo confesarle
Asi que ya es demasiado tarde
si me pides que te hable para confesar una verdad
¡Mi voz ha de ser adversidad!
¡Quiero ser un cadaver, quiero ser un cadaver!
Y cuando muerto me halles por la mañana
Cuando te canses de hablarme y no pueda contestarte
¡habras de sepultarme en el olvido y no recordarme jamas!
¡Ya nunca mas extrañarme!
orale, esta un poco mas dramatico de lo que recordaba.
jeje
ese alan y sus poemas
pd. esperen mas como este en dias venideros.
noviembre 24, 2009
noviembre 08, 2009
y por que no? (gris II)
II
A pesar de el reducido espacio para sentarse cortesia del exceso de carne en los muslos de su compañera de asiento, joaquin logro acurrucarse en su lugar recargando su frente en el cristal de la ventana, desde la gris esquina donde tomo el micro bus las cosas parecian bastante normales, todo lo que se ve en un dia comun y corriente por las calles de la ciudad, gente esperando camiones, gente dentro de sus autos, mal humorados, acelerando, frenando, acelerando y volviendo a frenar, si el quisiera podria tomar prestado el auto de su familia, pero la realidad es que detestaba manejar, preferia incluso estar apretujado en un vehiculo que parecia una caja de zapatos, una muy peligrosa caja de zapatos, antes que caer esclavo de la monotona mecanica de manejar en la ciudad. Le parecia sumamente absurda la forma como la sociedad moderna estaba obsesionada con la velocidad, particularmente absurda en el caso de las ciudades donde todo el mundo tiene un automovil para llegar pronto a sus trabajos, a sus escuelas o incluso de vuelta a sus casas, mas sin embargo cuando juntas la necesidad de tener un vehiculo de todos los individuos de una ciudad que pueden costearlo terminas con calles llenas de automoviles que van a vuelta de rueda, gente llegando tarde a sus trabajos, a sus escuelas e incluso gente que vuelve tarde a sus casas. El simplemente preferia el transporte publico, asi a final de cuentas compartia la responsabilidad de llegar del punto A al punto B y con ello cedia parte de la ansiedad y el estres que esto puede producir en una ciudad como esta.
Mientras pensaba acerca de todas esas personas dentro de sus autos en un tono un tanto burlon, tal vez incluso jactandose de ir a bordo de una caja de zapatos donde la responsabilidad de estar tras el volante no recaia sobre sus hombros, mientras todos aquellos pobres diablos no paraban de lanzar pestes y recordar a las madres de sus colegas conductores. Como por ejemplo esta chica, no parecia tener mas de 20 años, cabello castaño, tez blanca, probablemente camino a la escuela, alguna universidad de paga de esas que estaban cerca de la casa de Joaquin, se veia estresada, pero no estresada como cualquiera de los conductores a su alrededor, su expresion era la de alguien realmente afligido, alguien que tiene mucho mas que pensar a parte de si llega tarde a su clase o su trabajo, Joaquin conocia muy bien esa cara, pues tenia bastante suerte a la hora de conocer gente con historias tragicas en su vida, esa era la cara de alguien que acaba de perder algo importante, la cara de alguien que sabe que su vida cambio a partir de ese momento y que nada de lo que haga en el mundo podria hacer que las cosas volvieran a ser como eran antes de este dia. O tal vez no, tal vez solo se trataba de una "reina del drama" que acababa de tener una discusion subida de tomo con su novio.
La mente de Joaquin no tenia mucha claridad realmente, en un momento pensaba en que clase de tragedia podria haber pasado en la vida de esta chica de cabello castaño mas de la nada comenzaba a pensar sobre relaciones interpersonales, tratando de entender por que la gente suele quedarse con aquellos que los tratan de la forma mas negligente, pensando que tal vez el galan de esta chica de cabello castaño era uno de esos patanes que no suelen mostrar la mas minima señal de empatia hacia la persona con quien pasan el tiempo.
El camion habia avanzado un buen tramo ya, probablemente mas de la mitad de la distancia entre la casa de joaquin y la terminal de microbuses, el sol ya asomaba entre los edificios que rodeaban la avenida, a juzgar por su posicion podria decirse que recien pasaba el medio dia, no habia forma de saberlo con seguridad, Joaquin no traia reloj, ni celular, nisiquiera llevaba consigo su reproductor de musica, en realidad no le gustaba estar consciente de la hora que era en todo momento, sentia que cuando tenia algun reloj a la mano, lo veia cada 5 minutos, lo cual no hubiera sido tan malo si el sintiera que realmente solo habian pasado 5 minutos, sin embargo el tiempo que pasaba en su mente diferia por mucho del tiempo que marcaban las manecillas del reloj. Por ejemplo, cuando llevaba un reloj a la escuela, veia el reloj al llegar al salon, comenzaba la clase y despues de lo que a Joaquin le parecia una eternidad volvia a ver el reloj solo para saber cuantas horas habian pasado ya, asi como cuanto tiempo faltaba para la gloriosa hora de partir a su casa, sin embargo como una especie de cruel broma las leyes de la relatividad, lo que para el habian sido horas y horas de aburricion sentado en el aula escuchando a sus profesores hablando de temas que no estaba interesado en escuchar, rara vez se trataban de 10 o 15 minutos cuando mucho.
Asi que tenia mucho tiempo que decidio que era mejor andar por la vida sin conocer realmente la hora exacta que estaba viviendo en ese momento, era mucho menos frustrante que vivir lidiando con la sensacion de que las horas pasaban, cuando no pasaban mas que unos cuantos minutos.
El clima parecia mas calido en lo que Joaquin juzgaba como el medio dia, los rayos de sol que lo alcanzaban a traves de la ventana del microbus le brindaban segundos de reconfortante calidez, calidez que contrastaba con la sensacion del viento helado acariciando la piel de su rostro, que se producia cada que el vehiculo aceleraba cuando se veia cobijado por las sombras. Cansado de el alternante clima abordo Joaquin decidio que tal vez ya era hora de concluir su viaje a bordo de su caja de zapatos, buscar algo para calmar su hambre, algo para calmar su sed y tal vez algun lugar donde sentarse donde pueda aprovechar las bondades del sol por un buen rato.
Asi que se levanto de su lugar, despertando a la dama de los gluteos generosos quien se habia quedado dormida mas o menos unos 5 minutos despues de abordar el microbus, esta le barrio con la mirada, como si fuese realmente culpa de el, el hecho de haberla despertado, tal vez lo mas educado seria esperar a que la señora despertara de su lindo sueño y bajarse del vehiculo una vez que ella estuviera despierta y dispuesta a renunciar a su dulce siesta, vaya que groseria tan mas fea, mal hecho Joaquin, el estaba acostumbrado a que la gente le viera de formas incomodas, su familia, sobre todo su padre solia lanzarle ese tipo de miradas todo el tiempo, lo consideraban extraño, egoista, desconsiderado, apatico y grosero, probablemente todo lo contrario a lo que una madre responderia cuando se le preguntara, cuales son los atributos de un "buen hijo", pero lo cierto era que Joaquin si era extraño uno de sus miedos mas grandes era el sucumbir ante las exigencias que requiere ser una persona propiamente adaptada a la sociedad, era egoista pues tenia la idea de que no puedes estar bien con los demas si no estas bien contigo mismo y para eso habia que pensar todo el tiempo en cubrir las propias necesidades, era desconsiderado pues al pasar la vida pensando en como conseguir las cosas que queria no volteaba con mucha frecuencia a ver lo que podian querer las personas a su alrededor, esto causaba que las personas se quejaran demasiado sobre la forma como Joaquin se relacionaba con ellos, quejas a las que Joaquin reaccionaba con apatia pues despues de tantos años tratando de escuchar a la gente, se hizo a la idea de que no importaba que tanto se esforzara por satisfacer a las personas a su alrededor, las personas jamas tendrian suficiente, crearian nuevas exigencias a partir de las exigencias previamente existentes.
Asi que si, las personas tenian a Joaquin en un concepto que podriamos catalogar dentro de las "malas personas" y para ser honestos dicho concepto era acertado, pero a Joaquin era algo que lo tenia sin cuidado, despues de saberse incapaz de satisfacer las demandas de la gente decidio que tal vez seria mejor ocuparse de sus propias demandas y eso parecia funcionarle de maravilla.
Dejando atras la mirada juiciosa de la mujer de los grandes gluteos, Joaquin se despedia de su caja de zapatos, era hora de continuar el camino a pie...
A pesar de el reducido espacio para sentarse cortesia del exceso de carne en los muslos de su compañera de asiento, joaquin logro acurrucarse en su lugar recargando su frente en el cristal de la ventana, desde la gris esquina donde tomo el micro bus las cosas parecian bastante normales, todo lo que se ve en un dia comun y corriente por las calles de la ciudad, gente esperando camiones, gente dentro de sus autos, mal humorados, acelerando, frenando, acelerando y volviendo a frenar, si el quisiera podria tomar prestado el auto de su familia, pero la realidad es que detestaba manejar, preferia incluso estar apretujado en un vehiculo que parecia una caja de zapatos, una muy peligrosa caja de zapatos, antes que caer esclavo de la monotona mecanica de manejar en la ciudad. Le parecia sumamente absurda la forma como la sociedad moderna estaba obsesionada con la velocidad, particularmente absurda en el caso de las ciudades donde todo el mundo tiene un automovil para llegar pronto a sus trabajos, a sus escuelas o incluso de vuelta a sus casas, mas sin embargo cuando juntas la necesidad de tener un vehiculo de todos los individuos de una ciudad que pueden costearlo terminas con calles llenas de automoviles que van a vuelta de rueda, gente llegando tarde a sus trabajos, a sus escuelas e incluso gente que vuelve tarde a sus casas. El simplemente preferia el transporte publico, asi a final de cuentas compartia la responsabilidad de llegar del punto A al punto B y con ello cedia parte de la ansiedad y el estres que esto puede producir en una ciudad como esta.
Mientras pensaba acerca de todas esas personas dentro de sus autos en un tono un tanto burlon, tal vez incluso jactandose de ir a bordo de una caja de zapatos donde la responsabilidad de estar tras el volante no recaia sobre sus hombros, mientras todos aquellos pobres diablos no paraban de lanzar pestes y recordar a las madres de sus colegas conductores. Como por ejemplo esta chica, no parecia tener mas de 20 años, cabello castaño, tez blanca, probablemente camino a la escuela, alguna universidad de paga de esas que estaban cerca de la casa de Joaquin, se veia estresada, pero no estresada como cualquiera de los conductores a su alrededor, su expresion era la de alguien realmente afligido, alguien que tiene mucho mas que pensar a parte de si llega tarde a su clase o su trabajo, Joaquin conocia muy bien esa cara, pues tenia bastante suerte a la hora de conocer gente con historias tragicas en su vida, esa era la cara de alguien que acaba de perder algo importante, la cara de alguien que sabe que su vida cambio a partir de ese momento y que nada de lo que haga en el mundo podria hacer que las cosas volvieran a ser como eran antes de este dia. O tal vez no, tal vez solo se trataba de una "reina del drama" que acababa de tener una discusion subida de tomo con su novio.
La mente de Joaquin no tenia mucha claridad realmente, en un momento pensaba en que clase de tragedia podria haber pasado en la vida de esta chica de cabello castaño mas de la nada comenzaba a pensar sobre relaciones interpersonales, tratando de entender por que la gente suele quedarse con aquellos que los tratan de la forma mas negligente, pensando que tal vez el galan de esta chica de cabello castaño era uno de esos patanes que no suelen mostrar la mas minima señal de empatia hacia la persona con quien pasan el tiempo.
El camion habia avanzado un buen tramo ya, probablemente mas de la mitad de la distancia entre la casa de joaquin y la terminal de microbuses, el sol ya asomaba entre los edificios que rodeaban la avenida, a juzgar por su posicion podria decirse que recien pasaba el medio dia, no habia forma de saberlo con seguridad, Joaquin no traia reloj, ni celular, nisiquiera llevaba consigo su reproductor de musica, en realidad no le gustaba estar consciente de la hora que era en todo momento, sentia que cuando tenia algun reloj a la mano, lo veia cada 5 minutos, lo cual no hubiera sido tan malo si el sintiera que realmente solo habian pasado 5 minutos, sin embargo el tiempo que pasaba en su mente diferia por mucho del tiempo que marcaban las manecillas del reloj. Por ejemplo, cuando llevaba un reloj a la escuela, veia el reloj al llegar al salon, comenzaba la clase y despues de lo que a Joaquin le parecia una eternidad volvia a ver el reloj solo para saber cuantas horas habian pasado ya, asi como cuanto tiempo faltaba para la gloriosa hora de partir a su casa, sin embargo como una especie de cruel broma las leyes de la relatividad, lo que para el habian sido horas y horas de aburricion sentado en el aula escuchando a sus profesores hablando de temas que no estaba interesado en escuchar, rara vez se trataban de 10 o 15 minutos cuando mucho.
Asi que tenia mucho tiempo que decidio que era mejor andar por la vida sin conocer realmente la hora exacta que estaba viviendo en ese momento, era mucho menos frustrante que vivir lidiando con la sensacion de que las horas pasaban, cuando no pasaban mas que unos cuantos minutos.
El clima parecia mas calido en lo que Joaquin juzgaba como el medio dia, los rayos de sol que lo alcanzaban a traves de la ventana del microbus le brindaban segundos de reconfortante calidez, calidez que contrastaba con la sensacion del viento helado acariciando la piel de su rostro, que se producia cada que el vehiculo aceleraba cuando se veia cobijado por las sombras. Cansado de el alternante clima abordo Joaquin decidio que tal vez ya era hora de concluir su viaje a bordo de su caja de zapatos, buscar algo para calmar su hambre, algo para calmar su sed y tal vez algun lugar donde sentarse donde pueda aprovechar las bondades del sol por un buen rato.
Asi que se levanto de su lugar, despertando a la dama de los gluteos generosos quien se habia quedado dormida mas o menos unos 5 minutos despues de abordar el microbus, esta le barrio con la mirada, como si fuese realmente culpa de el, el hecho de haberla despertado, tal vez lo mas educado seria esperar a que la señora despertara de su lindo sueño y bajarse del vehiculo una vez que ella estuviera despierta y dispuesta a renunciar a su dulce siesta, vaya que groseria tan mas fea, mal hecho Joaquin, el estaba acostumbrado a que la gente le viera de formas incomodas, su familia, sobre todo su padre solia lanzarle ese tipo de miradas todo el tiempo, lo consideraban extraño, egoista, desconsiderado, apatico y grosero, probablemente todo lo contrario a lo que una madre responderia cuando se le preguntara, cuales son los atributos de un "buen hijo", pero lo cierto era que Joaquin si era extraño uno de sus miedos mas grandes era el sucumbir ante las exigencias que requiere ser una persona propiamente adaptada a la sociedad, era egoista pues tenia la idea de que no puedes estar bien con los demas si no estas bien contigo mismo y para eso habia que pensar todo el tiempo en cubrir las propias necesidades, era desconsiderado pues al pasar la vida pensando en como conseguir las cosas que queria no volteaba con mucha frecuencia a ver lo que podian querer las personas a su alrededor, esto causaba que las personas se quejaran demasiado sobre la forma como Joaquin se relacionaba con ellos, quejas a las que Joaquin reaccionaba con apatia pues despues de tantos años tratando de escuchar a la gente, se hizo a la idea de que no importaba que tanto se esforzara por satisfacer a las personas a su alrededor, las personas jamas tendrian suficiente, crearian nuevas exigencias a partir de las exigencias previamente existentes.
Asi que si, las personas tenian a Joaquin en un concepto que podriamos catalogar dentro de las "malas personas" y para ser honestos dicho concepto era acertado, pero a Joaquin era algo que lo tenia sin cuidado, despues de saberse incapaz de satisfacer las demandas de la gente decidio que tal vez seria mejor ocuparse de sus propias demandas y eso parecia funcionarle de maravilla.
Dejando atras la mirada juiciosa de la mujer de los grandes gluteos, Joaquin se despedia de su caja de zapatos, era hora de continuar el camino a pie...
noviembre 06, 2009
gris...
I
Un gris despertar
Era una mañana de esas donde a pesar de que gracias al horario de invierno en turno el sol ya asomaba por la ventana entre las 6 y las 7 de la mañana, las nubes habian decidido mantener al sol cautivo un par de horas mas, Joaquin llevaba ya un par de meses levantandose al sentir los rayos de sol entrar entre sus persianas, pero no esta mañana, no señor, esta mañana el clima era nublado y las calles estaban pintados de un monotono y aburrido color gris.
Cuando habia dormido mas de lo que necesitaba, sus ojos se abrieron como si sus parpados hubieran sido impulsados, por pequeñisimos resortes en sus pestañas, miro el reloj en su telefono celular, para darse cuenta de que ya hacia dos horas que debia estar despierto y que sus clases habian comenzado hace una, no tenia nada mas que hacer su vida era ir y venir de la escuela, hacer las tareas, estudiar para sus examenes y nada mas, ¿que haria con su dia en esta ocasion donde ya era demasiado tarde para ir a la escuela? ¿que haria ahora que comenzaba a sentir ese dolor de cabeza propio de cuando pasas demasiado tiempo acostado? como si su cuerpo le dijiese "venga ya, huevon haz algo con tu maldito dia", despues de un buen rato de mantener esa pequeña batalla interna que todos mantenemos de vez en cuando entre la necesidad de levantarse de la cama y el comfort de permanecer recostado, consiguio sentarse sobre su cama, quedando de frente viendo hacia su televisor, tomo el control remoto y prendio el aparato, este estaba puesto en uno de esos programas donde se presentan testimonios-dramatizaciones, de gente que asegura haber estado en contacto con entes de naturaleza para-normal.
"Que estupidez!", pensaba joaquin "¿como puede alguien entretenerse viendo algo asi?, todo se queda en supuestos basados en lo que una persona que tenia ganas de salir en television cree haber visto alguna vez", sin embargo simplemente dejo la tele encendida.
¿por que? ¿por que no? joaquin no estaba interesado en prevenir el calentamiento global ahorrando electricidad, ni tenia que preocuparse por pagar exorbitantes cuentas de electricidad, pues el vivia en un pequeño cuarto que le rentaba una señora y solo le pedian una fraccion relativamente pequeña de las cuentas que debian pagarse, era un buen trato, de esos que no se consiguen todos los dias, pero tambien habria que tomar en cuenta que la señora Godinez era una amiga de la abuela de Joaquin de mucho tiempo atras.
"nada que hacer, nada que ver" era la sensacion general en su mente, en la tele encendida la gente contaba historias de fantasmas, mientras joaquin buscaba su reproductor de musica, pocas cosas le producian tantas emociones como la musica, esta se habia vuelto indispensable en su vida, aunque la musica que escuchaba estaba estrechamente relacionada con su estado de animo, asi que en un dia donde un pesado ocio se tornaba lentamente en una apatia generalizada, el simplemente dejaba el reproductor en aleatorio pasando de una cancion a otra, ninguna le transmitia nada, ninguna lo sacaba de su apatia aparentemente irremediable.
Paso cerca de una hora tratando de encontrar en su musica un refugio a la gris sensacion que lo inundaba, hasta que finalmente le cayo el veinte de que tal vez la musica no era la respuesta en esta ocasion y simplemente dejo su reproductor sobre su escritorio, despues miro de reojo su consola de videojuegos, "los videojuegos no fallan ¿o si?" caminando hacia el control con el que habia pasado horas tras horas drenando su cerebro y dejando que su imaginacion se marchitara como los genitales de un empleado de una planta nuclear, se detuvo un momento para mirar por su ventana, el dia no prometia en absoluto, un cielo nublado, un sol apenas perceptible y una calle vacia. "¿que mas da?" decia la vocecita dentro de su cabeza mientras Joaquin tomaba las llaves de la casa, se ponia una de sus tan acostumbradas sudaderas y se dirigia hacia la puerta...¿que mas da?
En cuanto abrio la puerta se dio cuenta de que hacia mucho mas frio del que el percibia desde la ventana de su habitacion, no era un frio al que te acostumbras con facilidad, ese que se te olvida despues de unos minutos caminando por la calle, este era un frio insistente y no desaparecia, por mas que frotaba sus manos como si tratase de que estas se encendieran en llamas.
No tenia a donde ir, pero no tenia ganas de seguir caminando por la calle con este frio que le resultaba tan insoportable, decidio caminar hasta la calzada mas cercana a su casa, donde tomaria un micro bus que lo llevara a cualquier lugar, entre mas lejos estuviera el destino seria mejor, pues mas tiempo tendria para acurrucarse y refugiarse de este incomodo clima.
Cuando finalmente llego a la calzada iba a tomar el primer micro que cruzo por su camino. Un vehiculo que parecia estar hecho de pedacitos de lamina soldados entre si, con forma mas bien como de caja de zapatos con ruedas, probablemente propulsado por un motor de vocho, una vision bastante comun en esta ciudad, vehiculos de pasajeros hechos por la misma gente que los maneja, un concepto un tanto "madmaxesco", echando carreras de un semaforo al otro, con todo y sus cuarenta y tantos pasajeros, supongo que eso le añade un poco de dificultad extra, Joaquin solia hablar de lo entretenido que podria ser convertir estas carreras de microbuses en una especie de deporte nacional "...despues de todo los gringos tienen carreras en trailers, yo pagaria por ver carreras de micros...", decia.
Pero dejo al primer vehiculo pasar sin intentar hacerle la parada, demasiada gente, habia gente sentada, habia gente parada y si fuera por los choferes tan encantadoramente negligentes habria gente sentada sobre los que estan sentados y gente acomodada de forma horizontal sobre la gente que esta parada, como si se tratase de un juego de tetris. Asi que espero y dejo pasar un par de cajas de zapatos mas, antes de subir a un vehiculo que se veia relativamente mas comodo, o por lo menos uno donde se veia que habia un lugar para sentarse. Subio, se sento al lado de una ventana junto a una señora con unos gluteos ligeramente prominentes, por asi decirlo, recargo su cabeza en el cristal, fijo su vista en la acera que quedaba frente a el mientras el semaforo cambiaba a verde y el viaje comenzaba.
Un gris despertar
Era una mañana de esas donde a pesar de que gracias al horario de invierno en turno el sol ya asomaba por la ventana entre las 6 y las 7 de la mañana, las nubes habian decidido mantener al sol cautivo un par de horas mas, Joaquin llevaba ya un par de meses levantandose al sentir los rayos de sol entrar entre sus persianas, pero no esta mañana, no señor, esta mañana el clima era nublado y las calles estaban pintados de un monotono y aburrido color gris.
Cuando habia dormido mas de lo que necesitaba, sus ojos se abrieron como si sus parpados hubieran sido impulsados, por pequeñisimos resortes en sus pestañas, miro el reloj en su telefono celular, para darse cuenta de que ya hacia dos horas que debia estar despierto y que sus clases habian comenzado hace una, no tenia nada mas que hacer su vida era ir y venir de la escuela, hacer las tareas, estudiar para sus examenes y nada mas, ¿que haria con su dia en esta ocasion donde ya era demasiado tarde para ir a la escuela? ¿que haria ahora que comenzaba a sentir ese dolor de cabeza propio de cuando pasas demasiado tiempo acostado? como si su cuerpo le dijiese "venga ya, huevon haz algo con tu maldito dia", despues de un buen rato de mantener esa pequeña batalla interna que todos mantenemos de vez en cuando entre la necesidad de levantarse de la cama y el comfort de permanecer recostado, consiguio sentarse sobre su cama, quedando de frente viendo hacia su televisor, tomo el control remoto y prendio el aparato, este estaba puesto en uno de esos programas donde se presentan testimonios-dramatizaciones, de gente que asegura haber estado en contacto con entes de naturaleza para-normal.
"Que estupidez!", pensaba joaquin "¿como puede alguien entretenerse viendo algo asi?, todo se queda en supuestos basados en lo que una persona que tenia ganas de salir en television cree haber visto alguna vez", sin embargo simplemente dejo la tele encendida.
¿por que? ¿por que no? joaquin no estaba interesado en prevenir el calentamiento global ahorrando electricidad, ni tenia que preocuparse por pagar exorbitantes cuentas de electricidad, pues el vivia en un pequeño cuarto que le rentaba una señora y solo le pedian una fraccion relativamente pequeña de las cuentas que debian pagarse, era un buen trato, de esos que no se consiguen todos los dias, pero tambien habria que tomar en cuenta que la señora Godinez era una amiga de la abuela de Joaquin de mucho tiempo atras.
"nada que hacer, nada que ver" era la sensacion general en su mente, en la tele encendida la gente contaba historias de fantasmas, mientras joaquin buscaba su reproductor de musica, pocas cosas le producian tantas emociones como la musica, esta se habia vuelto indispensable en su vida, aunque la musica que escuchaba estaba estrechamente relacionada con su estado de animo, asi que en un dia donde un pesado ocio se tornaba lentamente en una apatia generalizada, el simplemente dejaba el reproductor en aleatorio pasando de una cancion a otra, ninguna le transmitia nada, ninguna lo sacaba de su apatia aparentemente irremediable.
Paso cerca de una hora tratando de encontrar en su musica un refugio a la gris sensacion que lo inundaba, hasta que finalmente le cayo el veinte de que tal vez la musica no era la respuesta en esta ocasion y simplemente dejo su reproductor sobre su escritorio, despues miro de reojo su consola de videojuegos, "los videojuegos no fallan ¿o si?" caminando hacia el control con el que habia pasado horas tras horas drenando su cerebro y dejando que su imaginacion se marchitara como los genitales de un empleado de una planta nuclear, se detuvo un momento para mirar por su ventana, el dia no prometia en absoluto, un cielo nublado, un sol apenas perceptible y una calle vacia. "¿que mas da?" decia la vocecita dentro de su cabeza mientras Joaquin tomaba las llaves de la casa, se ponia una de sus tan acostumbradas sudaderas y se dirigia hacia la puerta...¿que mas da?
En cuanto abrio la puerta se dio cuenta de que hacia mucho mas frio del que el percibia desde la ventana de su habitacion, no era un frio al que te acostumbras con facilidad, ese que se te olvida despues de unos minutos caminando por la calle, este era un frio insistente y no desaparecia, por mas que frotaba sus manos como si tratase de que estas se encendieran en llamas.
No tenia a donde ir, pero no tenia ganas de seguir caminando por la calle con este frio que le resultaba tan insoportable, decidio caminar hasta la calzada mas cercana a su casa, donde tomaria un micro bus que lo llevara a cualquier lugar, entre mas lejos estuviera el destino seria mejor, pues mas tiempo tendria para acurrucarse y refugiarse de este incomodo clima.
Cuando finalmente llego a la calzada iba a tomar el primer micro que cruzo por su camino. Un vehiculo que parecia estar hecho de pedacitos de lamina soldados entre si, con forma mas bien como de caja de zapatos con ruedas, probablemente propulsado por un motor de vocho, una vision bastante comun en esta ciudad, vehiculos de pasajeros hechos por la misma gente que los maneja, un concepto un tanto "madmaxesco", echando carreras de un semaforo al otro, con todo y sus cuarenta y tantos pasajeros, supongo que eso le añade un poco de dificultad extra, Joaquin solia hablar de lo entretenido que podria ser convertir estas carreras de microbuses en una especie de deporte nacional "...despues de todo los gringos tienen carreras en trailers, yo pagaria por ver carreras de micros...", decia.
Pero dejo al primer vehiculo pasar sin intentar hacerle la parada, demasiada gente, habia gente sentada, habia gente parada y si fuera por los choferes tan encantadoramente negligentes habria gente sentada sobre los que estan sentados y gente acomodada de forma horizontal sobre la gente que esta parada, como si se tratase de un juego de tetris. Asi que espero y dejo pasar un par de cajas de zapatos mas, antes de subir a un vehiculo que se veia relativamente mas comodo, o por lo menos uno donde se veia que habia un lugar para sentarse. Subio, se sento al lado de una ventana junto a una señora con unos gluteos ligeramente prominentes, por asi decirlo, recargo su cabeza en el cristal, fijo su vista en la acera que quedaba frente a el mientras el semaforo cambiaba a verde y el viaje comenzaba.
noviembre 01, 2009
Tan... cansado...
Apenas podia juntar fuerza suficiente para sostener su cigarrillo mientras las manecillas del reloj seguian su desconsiderado camino, sin detenerse un momento para dejarlo recuperar su aliento, su mano temblaba cada vez que esta se acercaba a su boca para inhalar el humo del tabaco, no hallaba mas razones para continuar, por un momento simplemente parecia haber dejado de buscar razones, todo a su alrededor se habia infestado de un oxidado sabor a muerte, con cada respiracion podia sentir como abrazaba al vacio y este inhundaba todo su interior.
¿sera este el fin?
...se preguntaba
¿sera este el fin?
...se preguntaba
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